La Negra Sosa desde La Paz

Un homenaje a Mercedes Sosa en el teatro del colegio Calbert en La Paz, a iniciativa y puesta en escena de Fabián Restivo. Excelente logro musical, buen escenario y montaje. Trece canciones representativas, bien escogidas, entre las cuales solo faltaron a mi gusto “Cuando Tenga la Tierra” y “Sólo le Pido a Dios”, que son los dos extremos mercedosocianos del “Cambia todo Cambia”, entre los revolucionarios de ayer a los reformistas de también ayer. Ayer, cuando se pensaba que Moammar Gadafi era la liberación nacional en Libia, o que Lenin dio en el clavo y que terminaron los explotadores y los explotados; de cuando creíamos que Fidel era el símbolo del poder para forjar el hombre nuevo latinoamericano.

A obscuras, entre canción y canción Mercedes habla por sobre el telón rojo de la muerte, enganchando remotas grabaciones, del arte, la libertad, las dictaduras, el exilio. Un recuerdo de las dictaduras militares contra las que ella y nosotros nos levantamos hasta vencer democracias y elecciones, que demostraron no ser lo suficiente, pero sí que algo es algo para seguir construyendo y soñando. Buenas guitarras y un profundo teclado, junto a un acordeón de primera compañía, la percusión a la altura de métale al tambor. Las voces trabajadas, unas y otras, como para un homenaje a la música, a las barricadas populares en las calles... más bien sobrias que a gritos y bombos de los montoneros del sur.

En las primeras filas varios masistas invitados; ministra, senadora, diputado, directores y asesores de toda laya, invitados para esta fiesta del recuerdo y para que se sintieran complacidos, seguros como están de ser ellos quienes interpretan en la realidad el clamor del canto de esta inolvidable Embajadora del Folclore, poco a poco de antaño. Los pensé acompañando a los Antiguos Dueños de las Flechas como el coro actual de un clamor atávico y no como los vi, acallados al canto de un sueño truncado que se les ha ido como agua entre los dedos de las manos. El coro más que un grito, parecía un lamento sin ensayo.



Cuidado vuelva a ser un grito, cuando hermano dame tu mano / vamos juntos a buscar / una cosa pequeñita / que se llama libertad… no sigan así –pensé– porque los van a meter presos y terminan en Chonchocoro y sin juicios de por medio, o como canta Mercedes al el exilio del me duele si me quedo, pero muero si me voy. Pero no, no los van a meter presos, porque entre ellos y nosotros barulla esta melodía con sabores a tierra, como vientos rurales que se pierden entre los ladrillos de las ciudades de hoy, que quieren modernidad y democracia, haciendo que de verdad mañana Será Posible el Sur. Es la Libertad. Es Mercedes Sosa la que canta y no la van a meter presa porque con ella volveremos todos.

Gracias Fabián.